La
palabra acústica es un préstamo lingüístico del inglés (acoustic guitar)
aunque ya existía un término anterior propio. Guitarra sajona.
El problema
parte de concepto. Entendemos como guitarra acústica las inspiradas en el
modelo USA de Martin, un emigrado alemán.
En
realidad la única diferencia objetiva entre una acústica y una clásica
(española) son las cuerdas de metal de una y las de nylon (antes de tripa) o
carbono de la otra.
Por lo
tanto es muy difícil de precisar o atribuir quien fue el primero en poner todas
las cuerdas de acero (antes hierro).
Hasta
finales del siglo XIX sólo había una guitarra de 6 cuerdas. Las bases de la
construcción las había sentado el maestro Torres juntando mejoras de otros
guitarreros (luthieres).
Algunas bibliografías citan la patente de August Larson en 1904
aunque hay evidencias de uso de guitarras adaptadas para las cuerdas metálicas
hasta una década o dos antes.
No se puede hablar de la guitarra acústica (sajona) sin nombrar a Christian
Frederick Martin guitarrero alemán que emigró a Estados Unidos por
problemas con los gremios en su país natal.
El problema de las cuerdas metálicas radica en que la guitarra debe soportar
mucha más tensión por lo que reforzó el interior de la caja con dos baretas de
madera en aspa para añadir firmeza.
Al contrario las de nylon tienen el inconveniente de que a partir de cierto
grosor producen un sonido apagado o nasal por eso las tres cuerdas superiores
(bordones) se hacen con metal entorchado (enroscado) alrededor.
Posteriormente Martin III (en 1929) ampliaría el mástil a
14 trastes hasta la caja. Y, en esencia así a permanecido hasta nuestros días.
Creó una guitarra pensada en el acompañamiento, con graves profundos y
agudos brillantes, pero el sonido no es limpio. El metal enriquece o ensucia
(según se mire) el sonido.
Todos tenemos en mente al pensar en una guitarra acústica el modelo típico
de Martin, llamado Dreadnought. Con una caja casi cuadrada con
golpeador en forma de lágrima característico bajo la boca.
Pero hay muchas más marcas y modelos. Las mejores son, por supuesto,
fabricadas a mano o por encargo a guitarreros profesionales.
En guitarras de fábrica, a mí en particular me gustan más los modelos con
curvas, más europeos. Por ejemplo las Lakewood
alemanas, alguna española como Ramirez,
las japonesas Aria o si
buscamos modelos más típicos de Estados Unidos tenemos las Washburn o Klein
guitars.
Espero que por lo menos se entienda que, como siempre, el mundo no gira
alrededor de EE.UU si no que hay mucha más riqueza fuera de sus fronteras.